La codorniz común está ampliamente distribuida por todo el Paleártico, desde la Península Ibérica hasta el sureste asiático. Su límite septentrional lo marca el meridiano 60º, encontrándose ausente del norte de Rusia y de los países escandinavos. Por el sur se extiende por el norte de África y Oriente Medio,
aunque existen poblaciones en el este y sur de África, Madagascar y algunas islas del océano Índico.

Ocupa la práctica totalidad de la Península Ibérica, encontrándose ausente del área central de la Cordillera Cantábrica y de las zonas más secas del litoral levantino. Está presente en todas las islas de Baleares y Canarias. No se ha registrado como reproductora en Ceuta y Melilla.

Para más información sobre su distribución territorial y otros datos de interés, consulta la ficha de la codorniz común en el III Atlas de las aves en época de reproducción en España.

Presenta un patrón de movimientos complejo, solapándose unos con otros. Por un lado, se trata de un migrante de largo recorrido, con los principales territorios de invernada situados al sur del Sáhara (caso de las poblaciones de Europa occidental). Además existen movimientos nomádicos en función de la pluviometría y de condiciones concretas de cultivos y pastizales, habitualmente hacia el norte a medida que avanza la primavera y el verano. También se producen movimientos “donjuanescos” de los machos buscando pareja, una vez que las hembras inician la reproducción. Hay algunas poblaciones invernantes en la Península, posiblemente en aumento, y siempre alejadas de las zonas con probables nevadas.

Los tamaños poblacionales de codornices resultan muy difíciles de estimar debido al sistema de apareamiento que tiene, la movilidad y las fuertes oscilaciones interanuales. La Lista Roja Europea de Aves 2021 estima una población en Europa de entre 5 y 9 millones de ejemplares, y el III Atlas de las aves en época de reproducción en España estima una población en España de entre unos 320.000 y 370.000 ejemplares.

La codorniz común es una especie ligada a medios abiertos, en general llanuras o terrenos suavemente ondulados, desde el nivel del mar hasta los 1.000 metros de altitud, aunque ocasionalmente aparece en zonas de alta montaña. Se encuentra en todo tipo de cultivos, pastizales y praderas, alcanzando las mayores densidades en campos de cereal de la zona centro y sur peninsular.

Omnívora. Se alimenta principalmente de semillas silvestres o granos de cereal, así como de invertebrados.

Especie de gran capacidad reproductiva, con posibilidad de realizar dos o tres puestas anuales de 8 a 13 huevos, de color crema con manchas o motas marrones, y jóvenes precoces capaces de reproducirse en el primer año. Una parte de la población efectúa una primera cría en febrero-marzo en el norte de África o sur de la Península Ibérica, para hacer una segunda puesta en junio-julio más al norte. Sin embargo, la mayoría inicia la cría entre marzo y mayo. El sistema de apareamiento es variable, desde la monogamia hasta la poligamia y la promiscuidad. La hembra se encarga de la incubación (17-20 días) y del cuidado de los pollos.

La especie aparece como EN – En Peligro en el Libro Rojo de las Aves de España 2021, pero no figura en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial ni está incluida en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.

Llegó a ser muy común a finales del siglo XX. No obstante, en la actualidad presenta un acusado declive. A partir de datos medidos durante décadas y muestreados en más de 30.000 puntos se ha determinado (Molina y Escandell 2020) que durante el periodo 1998-2018 la especie ha sufrido un descenso de prácticamente el 74%. Las amenazas que tiene que superar esta especie están relacionadas con la alteración de los hábitats agrarios, la presión cinegética que sobre ella se ejerce año tras año, la contaminación genética que conllevan las sueltas anuales de razas híbridas de granja y el cambio climático, que afecta a las fechas en las que las codornices reproductoras llegan a nuestras latitudes y a los ecosistemas en las zonas de invernada.

Se proponen medidas como catalogar la especie a nivel estatal, elaborar planes autonómicos de recuperación, conservación y seguimiento de las poblaciones, regular la conservación y el mantenimiento de terrenos en barbecho, linderos y setos en las tierras agrarias, declarar moratorias en la caza de la especie de manera urgente, prohibir también de forma urgente las sueltas de codornices de granja y designar nuevas zonas ZEPA o ampliar las existentes para que alberguen una mayor cantidad de la población reproductora.