En España hay un 18,5% menos de lechuzas que en 2006, declarada Ave del Año 2018. 

Este año que finaliza ha sido el año de la lechuza común, pero no por ello su situación ha mejorado. Según los últimos datos del programa Noctua de SEO/BirdLife, se consolida un acusado declive en los últimos años en España. En estos momentos hay un 18,5% menos de individuos que en 2006, habiendo desaparecido en algunos de los territorios que ocupaba.

 

Lechuza común. Autor: Adrienne de Bock

 

Aunque el descenso de individuos es generalizado, es especialmente acusado en la región mediterránea sur que abarca la mitad sur de la península, la cuenca del Ebro y la costa mediterránea. En esta zona las poblaciones de lechuza se han reducido a la mitad.

¿Cómo sabemos que cada vez hay menos lechuzas?
SEO/BirdLife coordina el seguimiento de las poblaciones de las aves en España, entre ellas las aves nocturnas, con el programa Noctua. Cientos de voluntarios participan cada año en estos programas registrando las aves detectadas bajo una metodología determinada y gracias a todos ellos podemos conocer cómo van evolucionando las poblaciones de las aves.

En el programa Noctua participan tanto personas con experiencia en censos de aves como principiantes, ya que la metodología no es muy compleja y lo permite. Son pocas las aves que tienen actividad por la noche, como mucho 10, la mayoría de ellas rapaces nocturnas.

Especie protegida
En cuanto a su nivel de protección, no ha cambiado y sigue estando protegida a nivel estatal, ya que está incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y en los Catálogos Regionales de Andalucía, Baleares, Castilla-La Mancha, Extremadura y Madrid, y además Canarias tiene a la Lechuza majorera incluida como Vulnerable en su catálogo de protección de especies, que a su vez aparece en el Libro Rojo de las Aves de España como En Peligro.

 

¿Cuáles son sus amenazas?
Una de las principales causas de su declive es la  transformación del medio agrario, cada vez más alejado de los paisajes que mostraban un mosaico de cultivos adaptados a la realidad climática de cada zona y más centrado en grandes extensiones de monocultivo, altamente tecnificados. Este cambio de paradigma, unido al empleo generalizado de plaguicidas y rodenticidas, contribuye a la pérdida de biodiversidad en el campo y a su contaminación. Hay menos diversidad de hábitat, menos insectos, menos roedores y, por tanto, menos alimento para las aves agrarias, que además sufren envenenamientos secundarios.

 

También hay que destacar que entre las principales causas de mortalidad de la especie están las colisiones de todo tipo y principalmente los atropellos en las carreteras. Destaca también el gran número de ejemplares pollos encontrados como “extraviados” así como los ejemplares encontrados desnutridos o enfermos y por último, los ejemplares que eran mantenidos en cautividad y que se llevan a centros de recuperación.

En cuanto a su nivel de protección, no ha cambiado y sigue estando protegida a nivel estatal, ya que está incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y en los Catálogos Regionales de Andalucía, Baleares, Castilla-La Mancha, Extremadura y Madrid, y además Canarias tiene a la Lechuza majorera incluida como Vulnerable en su catálogo de protección de especies, que a su vez aparece en el Libro Rojo de las Aves de España como En Peligro.

Ave del Año 2018

 

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