Ante la llegada de la primavera, el próximo 21 de marzo, BirdLife International –la mayor federación ambiental del mundo y de la que SEO/BirLife forma parte- pone en marcha una campaña de información y concienciación ciudadana para proteger a los pollitos huérfanos, jóvenes ejemplares que se lanzan a la aventura para descubrir cómo es la vida fuera del nido sin que, por lo general, tengan desarrolladas de forma completa sus aptitudes para el vuelo. Contrariamente a lo que podría parecer, casi nunca es bueno prestarles ayuda. Por eso, este año, la organización ambiental pide a jóvenes y adultos que, salvo casos excepcionales,  dejen que la naturaleza siga su curso.

“No te lo lleves contigo”. Este es el lema escogido este año por Spring Alive (primavera viva en inglés), una iniciativa impulsada en 55 países de Europa, África y África por BirdLife International para alentar a los jóvenes a proteger a las aves y a la naturaleza. El proyecto, que en España desarrolla SEO/BirdLife, escoge un tema cada año para concienciar a los más pequeños, además de animarles a observar y registrar la llegada, cada año por primavera, de cinco aves migratorias: la cigüeña blanca, el abejaruco, la golondrina, el vencejo y el cuco.

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Solos, indefensos, pequeños, un poco torpes, mullidos y, sobre todo, demasiado bonitos. Cuando uno se topa con un pollito huérfano en el suelo de un parque, de un bosque o de un jardín, es difícil resistirse. Pero, antes de montar un operativo de rescate, es preciso pensar si interferir en la naturaleza es la mejor manera de solucionar el problema. Es cierto que las pequeñas acciones –por ejemplo, retirar una botella de plástico tirada en el campo-  resultan imprescindibles para la conservación, pero cuando se trata de  jóvenes pájaros aprendiendo a volar, la intervención puede empeorar las cosas.

Para aclarar dudas, el proyecto Spring Alive  ofrece una pequeña guía sobre cómo actuar ante el encuentro con un pollito huérfano:

 

  1. Es preciso tener en cuenta que la mayoría de los pollitos no son en realidad huérfanos sino volantones, esto es, aves que todavía no vuelan bien pero que son ágiles al saltar y que, incluso, se atreven con un pequeño vuelo. Puede que en apariencia precisen la ayuda de un buen samaritano pero requieren justo lo contrario: aunque no se dejen ver, sus padres se están encargando de ellos. Y mientras haya presencia humana junto al pollo, no aparecerán.
  1. Además de volantones, existen los pollitos que abandonan el nido mucho antes de poder volar. Es el caso, por ejemplo, de patos o perdices, especies nidífugas. En estos casos, el aspecto del pollo –poco más que una bola de algodón- invita al rescate. Sin embargo, tampoco es recomendable: aunque no viva con sus padres, ellos se encargan de su crianza.
  1. La legislación sobre este asunto es clara: está prohibida la recolección de crías y su tenencia, especialmente en el caso de aves rapaces y de aves insectívoras, como las golondrinas. Ante el hallazgo de unas especies de estas características en apuros, lo más aconsejable es contactar con los agentes medioambientales de la comarca o la policía municipal de la ciudad.
  1. Salvando estas excepciones, existen casos de crías realmente huérfanas. Son aquellas que caen del nido antes de tiempo, en general por accidente. Se las reconoce porque no cuentan casi con plumas, no pueden realizar vuelos cortos, son patosos, son incapaces de saltar, y reclaman la presencia de sus padres para que les alimenten. En estos casos, resulta complejo que un ave de esas características pueda volver al nido: mientras los padres tengan más crías que alimentar, es difícil que se ocupen de la cría desatendida ¿Qué hacer? Lo más recomendable es acudir a un centro de recuperación de la fauna. Criar un pollito a mano requiere mucha dedicación –deben comer cada poco tiempo y comida especialmente elaborada para ellos- y es preciso evitar que se impronten, es decir, que en el futuro asocien al ser humano con comida o con la paternidad, lo cual dificultará su vida en libertad.
  1. Hay una excepción a esta excepción y son los vencejos. Estas primaverales aves pasan la mayor parte de su vida en vuelo y no están adaptados a posarse en el suelo, desde donde les cuesta despegar. En este caso, siempre precisarán ayuda. Si no están lesionados bastará con posarlos en la palma de la mano, lo más alta posible, en un sitio abierto. Si el vencejo está capacitado para volar, despegará de inmediato. Nunca hay que lanzarlo o impulsarlo. En el caso de las crías de vencejo, es preciso recurrir de nuevo a un centro de recuperación.
  1. Conductas que es preciso evitar:
  • Salvo que exista certeza de la necesidad de ayuda, es preferible no retirar un pollito huérfano del medio.
  • Para suministrarle agua, es clave no mojar el pico, dado que entrará agua por los orificios que emplea para respirar, lo cual puede conllevar más problemas. En caso de evidencia de sed, se pueden emplear sistemas como mojar un mondadientes y permitir que la cría se sacie con las gotas.
  • Contrariamente a la idea preconcebida, la leche, el pan o las galletas no son alimentos adecuados para crías de ave.
  • Cada vez que se traslada a un pollo, sus plumas se dañan, lo cual impacta negativamente en la cría. Es necesario minimizar los movimientos.

 

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