La ganga ortega se localiza en la franja árida que va de Canarias al centro de Asia, pasando por la Península Ibérica, el Magreb, Oriente Próximo y Oriente Medio hasta el oeste de China.

Se aceptan dos subespecies, una occidental en Europa y África, y otra oriental en Asia, esta última parcialmente migradora.

En el territorio ibérico ocupa 31 provincias, que conforman ocho núcleos: la Meseta norte, el valle del Ebro, los páramos del Sistema Ibérico, Extremadura, la Meseta sur, el valle del Guadalquivir, penillanuras subbéticas y sureste semiárido. A estos hay que sumar la importante población canaria de la isla de Fuerteventura.

La subespecie orientalis está presente en la Península y Canarias, sobre todo en Fuerteventura, pues en Lanzarote resulta muy escasa.

Para más información sobre su distribución territorial y otros datos de interés, consulta la ficha de la ganga ortega en el III Atlas de las Aves Reproductoras de España.

Suele considerarse como residente en España; no obstante, sus posibles movimientos se conocen poco o nada. 3 Parece muy sedentaria en Canarias, pero en la Península se han descrito incrementos poblacionales en ciertas zonas y desaparición de la especie en otras. Estos movimientos trashumantes y nómadas de corto y medio alcance entre núcleos siguen pendientes de estudio.

La Lista Roja Europea de Aves (2021) estima una población europea de entre 14.900 y 37.700 individuos, con tendencia decreciente.

El III Atlas de las Aves Reproductoras de España apunta una población total de unas 7.000 aves, de las cuales sitúa cerca del 30 % en la isla de Fuerteventura. Estos datos contrastan con los de 2005, año en el que la población nacional se estimó entre unas 8.500 y 13.500 aves, poniendo en manifiesto que la especie se encuentra en claro declive.

La ganga ortega está ligada durante todo el año a zonas semiáridas, páramos y cultivos extensivos de secano, independientemente de su carácter frío o cálido. Tolera mejor que la ganga ibérica los terrenos ligeramente abruptos y la presencia de árboles y arbustos dispersos. No obstante, también se decanta por los barbechos de larga duración, los pastizales secos y los eriales, y se aparta de las siembras y los matorrales de cierta altura. Respecto a la altitud, ocupa desde el nivel del mar hasta los 1.300 metros que alcanza en los páramos ibéricos.

Requiere la presencia de bebederos accesibles y despejados cerca de las zonas de cría.

Ave casi exclusivamente granívora, se alimenta sobre todo de pequeñas semillas de plantas herbáceas, con cierta preferencia por las leguminosas, de las que a veces ingiere sus hojas. Generalmente toma más grano cultivado en verano, mientras que en invierno opta por las semillas silvestres. Esta dieta exige el consumo regular de agua, particularmente en épocas calurosas, por lo que visita los bebederos al menos dos veces al día: dos o tres horas después del amanecer, y una o dos horas antes del ocaso.

El periodo de cría se extiende, según regiones, entre abril y agosto, aunque puede alargarse hasta octubre.

La puesta consta de dos o tres huevos, muy crípticos, con fondo ocre verdoso y numerosas motas oscuras. Tiene lugar mayoritariamente en abril en Canarias y en junio en la Península, y se produce en una pequeña depresión del suelo, generalmente a descubierto.

Debido a la alta tasa de predación (75% de los huevos), son frecuentes las puestas de reposición, que pueden prolongarse hasta agosto.

La incubación dura unos 25 días, y la comparten ambos sexos: el macho incuba de noche y por la mañana; la hembra, el resto del día

Los pollos, miméticos, abandonan el nido al poco de nacer, siendo capaces de seguir a los padres y alimentarse por sí solos. Realizan cortos vuelos con tres o cuatro semanas, pero no vuelan adecuadamente hasta que a los dos meses de vida alcanzan el tamaño de adulto. Los progenitores se encargan de llevarles agua hasta esa edad, gracias a la capacidad de las plumas del pecho para absorber el líquido, siendo el macho más eficaz y activo en esta tarea.

Se trata de un ave longeva, con al menos 10 años de vida, y con tasas reproductivas bajas.

El Libro Rojo de las aves de España (2021) incluye a la especie en la categoría de EN – En Peligro a nivel nacional y en la de VU – Vulnerable a la población del archipiélago canario. La ganga ortega también aparece citada como VU – Vulnerable en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

La ganga ortega es una especie amenazada en España. Se estima que el conjunto de la población española ha disminuido un 34 % entre 2005 y 2019. Su principal problema, con diferencia, proviene de la reducción de su hábitat como consecuencia de los profundos cambios experimentados por el medio rural y agrario en las últimas décadas. Estas transformaciones han sido provocadas por la intensificación agrícola, la disminución de barbechos y linderos, la reforestación de tierras agrarias y el aumento de olivares y regadíos. Asimismo, se sigue perdiendo hábitat adecuado para la especie debido al crecimiento del área urbanizada y ocupada por infraestructuras, a lo que hay que añadir el uso excesivo de plaguicidas y una elevada carga ganadera.

Todos estos factores han producido un fuerte declive en su población y en su área de distribución en todos los núcleos españoles. Las previsiones de futuro tampoco son halagüeñas, pues de acuerdo con los planes de las políticas agrarias continuará el crecimiento de las superficies dedicadas a regadío, olivar, viñedo en emparrado y reforestación; todo ello en suelos tradicionales de secano extensivo. Así pues, deben activarse de modo urgente las medidas de conservación, destinadas de forma prioritaria a detener las tendencias agrícolas recientes, en favor de programas agroambientales que concedan primacía, entre otras cosas, a la reducción del uso de biocidas y de la carga ganadera, a la diversificación del paisaje y a la limitación del regadío y del olivar.