Entre Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco, el eucalipto ocupa una superficie de 300.000 hectáreas, y 760.000 hectáreas en todo el país.

Desde SEO/BirdLife se propone fijar un límite de ocupación del territorio basado en criterios científicos, ya que lo eucaliptos afectan seriamente a la biodiversidad, a los recursos hídricos y al suelo.

 

Explotación de eucaliptus en el norte de España ©SEO/BirdLife

Explotación de eucaliptos en el norte de España ©SEO/BirdLife

El eucalipto es un árbol introducido en España a finales del S.XIX y que desde entonces se ha plantado de manera masiva en nuestro país por su idoneidad para la producción de celulosa. La cornisa cantábrica, debido a su clima templado y abundante humedad, se ha convertido en el territorio ideal para su plantación, donde alcanza en sus zonas productivas turnos de corta de solo nueve años.

El eucalipto es la materia prima fundamental de una importante actividad industrial de producción de celulosa, altamente contaminante para los ríos y la atmósfera donde se localiza. Pero además, el cultivo forestal de eucalipto tiene un fuerte impacto en el medio ambiente, ya que deteriora el suelo, consume gran cantidad de agua, y reduce notablemente la biodiversidad.

Empobrecimiento de los paisajes norteños
Las estadísticas del Inventario Forestal Nacional muestran que el eucalipto es la especie de árbol más abundante y que mayor superficie ocupa en el territorio por debajo de los 400 metros, ya que la especie Eucalyptus globulus no puede prosperar por encima de esa altitud. Esto ha permitido que las zonas altas de la cordillera cantábrica se hayan librado de estas plantaciones. Sin embargo, y cómo ocurre en Galicia, una especie adaptada a la altura (Eucalyptus nitens)amenaza con instalarse en las zonas montañosas del interior de la cornisa cantábrica.

Galicia es la región con más superficie de eucalipto (en masas monoespecificas) en nuestro país con 174.000 hectáreas, seguida de Asturias (60.000 ha), Cantabria (39.000 ha) y el País Vasco (14.500 ha).  Esta superficie, lejos de mantenerse no deja de expandirse, amenazando con ocupar el territorio de antiguos pastos y matorrales de gran importancia para la biodiversidad y el paisaje, y convertir los paisajes cantábricos en un gigantesco cultivo industrial.

Para Antonio Sandoval, divulgador científico y experto naturalista gallego “la eucaliptización del territorio contribuye al estrago cultural derivado de la desaparición de la campiña tradicional del Cantábrico y Galicia. O lo que es lo mismo, a la anulación de las señas de identidad de sus pueblos. A la pérdida de anclajes reales, vivos, para sus mejores tradiciones y para su historia.”

Poner freno a su avance
Obviamente no se plantea su desaparición, pero SEO/BirdLife sí solicita un control en su expansión y un esfuerzo en conseguir que el bosque autóctono sea la masa forestal predominante en la cornisa cantábrica. Por estas razones se hace urgente una política forestal cuyo objetivo sea detener la expansión del eucalipto, sacarlo de los espacios protegidos, mejorar la gestión de las plantaciones, regular su uso para biomasa, y que las plantaciones de eucalipto no se consideren como una solución al cambio climático.

«La eucaliptización es un desastre cotidiano que pasa desapercibido a una gran parte de la población. Por su extensión temporal y espacial es, sin duda, el mayor problema ambiental de Galicia y del resto de la cornisa cantábrica; que genera además graves consecuencias sociales y económicas. La competencia de las plantaciones con otros usos de la tierra limita el uso agrario y ganadero de las mismas, ahondando en la desestructuración y decadencia de nuestro medio rural.», afirma Oscar Rivas, presidente del Foro Estatal de Redes y Entidades de Custodia del Territorio.

Pese a la gran superficie ocupada por este cultivo forestal, el sector del eucalipto demanda actualmente nuevos y mejores suelos para su implantación con mayor crecimiento y rendimiento, con la promesa de reducir la superficie ocupada. Pero esta demanda está generando un desplazamiento del eucalipto hacia nuevos espacios. Además, la entrada del sector papelero en el negocio energético está generando demanda de suelos fértiles agrícolas para plantar eucaliptos destinados a su quema para biomasa.

Actualmente, según los datos del último inventario forestal nacional el eucalipto tanto en plantaciones monoespecificas como en formaciones mixtas han llegado a ocupar más de 760.000 hectáreas en toda España. Tras Galicia, la región con más superficie de eucalipto (masas puras) en nuestro país es Andalucía (156.000 ha), seguida de Extremadura (75.000), Cantabria (39.000 ha), Asturias (60.000 ha) y el País Vasco (14.500 ha). Estas plantaciones suponen el 7% del total de superficie mundial, que suman más de 20 millones de hectáreas, con Brasil, India y China como los principales países con este tipo de plantaciones. Pero si tenemos en cuenta sólo a la especie Eucalyptus globulus, en la península Ibérica se localiza el 53% (31% Portugal, 22% España) de la superficie mundial ocupada por esta especie.

El manifiesto “Una Visión Común sobre el problema de las plantaciones de eucalipto” recoge un conjunto de demandas elaboradas por 21 organizaciones conservacionistas, incluida SEO/BirdLife, con el asesoramiento de una parte de la comunidad científica, que abogan por una ordenación racional del sector y por la mejora de las prácticas forestales en estas plantaciones. El manifiesto recoge ocho grandes directrices:

• Fijar un límite de ocupación del territorio basado en criterios científicos.
• Respeto a la planificación forestal, las estrategias y planes de ordenación del territorio y la legislación ambiental.
• Prohibición de nuevas plantaciones en espacios naturales protegidos y eliminación progresiva de las existentes.
• Establecer directrices de gestión específicas con indicadores para reducir significativamente los impactos negativos del modelo de gestión de los eucaliptales.
• Incrementar y mejorar la investigación independiente sobre gestión forestal aplicable a las plantaciones de eucalipto en la península Ibérica.
• Utilizar la certificación forestal del FSC (Forest Stewardship Council) como una de las herramientas posibles para mejorar la gestión de las plantaciones de eucalipto.
• No autorizar el desarrollo de plantaciones de eucaliptos transgénicos.
• No considerar las plantaciones de eucalipto como solución al cambio climático.
• El compromiso de la sociedad con la reducción del consumo de papel y de energía.

“El movimiento ecologista quiere huir de posiciones irreductibles a favor o en contra del eucalipto. Nuestras demandas señalan una hoja de ruta hacia donde debe encaminarse el sector y el futuro de las superficies ocupadas por eucalipto”, declara Felipe González, de SEO/BirdLife en Cantabria. “Es necesario integrar la biodiversidad en la política forestal del norte peninsular, empezando por dejar de plantar eucaliptos en los espacios protegidos y apostando por el bosque autóctono, en especial en las zonas costeras”, subraya.

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