Luis Mario Arce©J.M. Dalmau

Entrevistamos  a Luis Mario Arce, periodista especializado en naturaleza y medio ambiente en el diario asturiano La Nueva España. Desde hace cerca de 40 años se dedica a la observación de aves. Socio de SEO/BirdLife, coordina actualmente el grupo local SEO-Asturias y acaba de publicar el libro Aves de la España atlántica, una guía imprescindible de identificación escrita en colaboración con Víctor M. Vázquez e ilustrada por Gonzalo Gil.

 

Pregunta.- ¿Por qué una guía de aves de la España verde
¿qué te impulsó a escribirla?

Respuesta.- La Región Eurosiberiana, lo que comúnmente se denomina la España atlántica, verde o húmeda, queda con frecuencia a la sombra de la Región Mediterránea, mucho más extensa, de manera que el estatus de las aves en este segundo territorio se impone y se generaliza, cuando, en realidad, existen diferencias significativas entre ambos. A Víctor Vázquez -el otro autor- y a mí nos parecía interesante presentar una guía de las aves atlánticas que pusiese en primer plano la información ornitológica referida a este territorio y que lo contemplase como unidad biogeográfica.

 

P.- ¿Qué la diferencia de otras guías?

portada_aves_atlanticas_3R.- Es una guía de campo específica para la Región Eurosiberiana, es decir que el usuario va a encontrar en ella sólo las especies que aparecen en ese territorio, así como una información sobre estatus, distribución y abundancia referida, igualmente, a esa región biogeográfica. Por otro lado, hemos hecho un gran esfuerzo para conseguir que las descripciones se centren en los rasgos diagnósticos de cada especie y los expongan de forma sintética y clara. A este respecto, un valor muy importante del libro son las ilustraciones de Gonzalo Gil, equiparables a las de cualquier guía europea por su fidelidad y por su calidad.

 

P.- ¿Con qué dificultades te has encontrado a la hora de abordar la descripción de las 286 especies de aves que recoge la guía?

R.- La mayor dificultad ha sido conseguir el equilibrio entre un texto sintético y una información suficientemente detallada. Se describen todos los plumajes de adulto, con sus variaciones sexuales y estacionales, así como el plumaje juvenil (o el de primer invierno, si aquel no se observa en el territorio). También se establecen comparaciones con otras aves en el caso de especies muy parecidas entre sí. Tampoco ha sido fácil plasmar la situación de cada especie en el territorio; hay mucha información, pero dispersa y en gran parte inédita.

 

P.- ¿Cuánto tiempo dedicaste tú y el resto de los autores a elaborar la guía?, ¿cómo era la metodología de trabajo?

 

R.- El libro se elaboró inicialmente en unos seis meses, fue un trabajo muy intenso. La primera edición se hizo para una empresa, como regalo de Navidad, de ahí la premura. La edición venal llevó un tiempo similar, de revisión y de incorporación de nuevos contenidos. Yo me encargué, sobre todo, de las descripciones, por lo que trabajé codo a codo con Gonzalo Gil mientras preparaba las ilustraciones. Víctor Vázquez se ocupó más de los estatus y de los apartados de introducción. Trabajamos por separado, pero de acuerdo, con mucho intercambio de ideas, y luego cada uno revisó la parte del otro y aportó cosas, de modo que el resultado es fruto de un trabajo conjunto, unitario.

 

P.- ¿Qué 10 lugares no nos podemos perder si queremos disfrutar de las aves de la España Atlántica?

R.-Nosotros proponemos 28 en el libro, en los que quedan comprendidos todos los hábitat de interés para las aves y donde potencialmente se pueden observar todas las especies. Elegir 10 no es fácil, aunque hay espacios imprescindibles, como Estaca de Bares (La Coruña), un observatorio excepcional de las migraciones de aves marinas; Santoña (Cantabria), por su riqueza de aves acuáticas, y el Señorío de Bertiz (Navarra), por la presencia del pico dorsiblanco, que no se encuentra en ningún otro lugar de la España atlántica y que fuera de ella solo aparece en el Pirineo occidental.

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P.- ¿Cuáles son tus lugares favoritos?

R.-También es difícil elegir. El bosque de Muniellos (Asturias) es, sin duda, el más especial, la última selva atlántica, un bosque denso, natural, muy bien conservado, donde uno se siente en mitad de una naturaleza salvaje, una sensación difícil de obtener en España y en Europa; si se exceptúan las cumbres de las montañas, todo el territorio está muy humanizado. Por otro lado, tengo un vínculo muy especial con la ría de Villaviciosa (Asturias), por razones familiares y de familiaridad: llevo muchos años saliendo a ver pájaros en ella y la conozco muy bien. He escrito dos libros sobre la naturaleza de esta ría y un extenso artículo monográfico sobre sus aves. También es el territorio favorito de Gonzalo Gil, el ilustrador del libro.

 

Pero, si debo quedarme con un sitio, este es la montaña leonesa. En ella fue donde comencé a salir a ver pájaros, con nueve años (teníamos una casa a la que íbamos en vacaciones y muchos fines de semana), esa fue mi escuela, y me siento muy unido a ella.

 

P.- En tu guía dices que unos 90 millones de individuos de casi 300 especies de aves se mueven cada año por la denominada “vía de vuelo del Atlántico oriental”. ¿Se puede hablar de una de las grandes rutas migratorias del mundo?

R.-Desde luego, es una de las ocho grandes rutas migratorias del planeta y nos aporta una gran riqueza de aves. Une las regiones árticas entre Canadá y Siberia central con las áreas de invernada en Europa occidental y el oeste de África, aunque algunas especies alcanzan el África austral. Gran parte de ese movimiento se canaliza por el Estrecho de Gibraltar en el cambio de continente.

 

P.- ¿Cuáles son las principales amenazas que sufren las aves que discurren por esta “autopista” de la migración? ¿cómo han variado a lo largo del tiempo, en las últimas décadas?

R.- La mayor amenaza tiene que ver con la destrucción y alteración de los hábitat naturales, con el estado de conservación de las escalas migratorias, imprescindibles para que  las aves viajeras puedan descansar y reponer fuerzas. La presión humana ha aumentado mucho: se ha urbanizado una gran superficie de costa, se han intensificado la agricultura y la explotación pesquera, han crecido las actividades de ocio… en consecuencia, hay menos lugares apropiados para que las aves migratorias se detengan y se alimenten. También sigue existiendo mucha presión cinegética.

 

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P.- ¿Algún consejo práctico para la gente que se está iniciando en la observación de aves, aparte de ir con una buena guía?

R.-La observación de aves requiere paciencia, buen ojo (hay que fijarse mucho en los detalles) e información: saber dónde, cuándo y cómo hay que buscar cada especie o qué se puede encontrar en cada lugar según la época y el momento del día. Este conocimiento, lo mismo que el relativo a la identificación, se adquiere con el tiempo, sobre todo en el campo, con la experiencia, pero también a través de los libros; actualmente hay mucha bibliografía accesible gracias a internet, la mayoría extranjera, aunque cada vez se publican más cosas en España y/o en español. Quien empieza debe ir paso a paso, comenzando por las aves más accesibles, comunes y familiares e ir subiendo de grado poco a poco, sin prisa pero sin pausa, procurando salir con frecuencia al campo. Hacer salidas en grupo, acompañando a gente con experiencia, favorece ese aprendizaje. También es importante tener presente que el bienestar de las aves es lo primero, hay que acercarse a ellas con cuidado, respetando su umbral de tolerancia, evitando acercarse a sus nidos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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